24 de febrero de 2008

The Duck (El Pato)

Nos íbamos de vacaciones a una quinta con toda mi familia y otra más. La quinta era muy rara y se llamaba "The Duck". Ya nos habían dicho que era rara la construcción, desde afuera no se veía la casa, porque estaba como en una depresión en el medio de la quinta, por lo que desde dentro de la casa, se veía como colina arriba. Bueno, llegamos a la quinta y entramos. Dejamos los autos, y empezamos a caminar a donde suponíamos que estaba la casa. Por toda la quinta estaba lleno de estatuas de patos. Patos, patos y más patos. Uno nos llamó la atención. Era de cemento, era muy parecido al pato Donald. Cuando nos acercamos, el pato nos miró y dijo: CUAC. ¡Para que! Del cagazo padre que nos pegamos nos fuimos todos corriendo colina abajo donde estaba la casa. Esta tenía dos entradas, las dos daban para el mismo lado, pero eran de distintos ambientes. Mientras yo me quedé mirando por una (la de la izquierda), los demás observaban por la otra. En eso veo venir al pato y grito: -ESTA VINIENDO POR ACÁ!!! Y el pato me grita: Como me delataste, te voy a matar. Y se va subiendo la colina. Toda la familia lo corre, menos yo, que me quedo en la casa. Suben y se pierden por el ángulo de la colina. En el fondo se veían árboles. Veo el pato que pasa de árbol en árbol y empieza a bajar y enfilar para la puerta derecha. Mis gritos no podían ser más fuertes. Me quedo duro, y veo el pato atravesar la otra puerta. Cuando lo hace, ya no era más chiquito, sino que era grande y lleno de músculos (como el piloto del Tío Rico). Corro pero es demasiado tarde, cuando me doy vuelta lo tengo a menos de 1 metro de distancia y me despierto exaltado y transpirado. Estaba en la cama mirando la pared, bendiciendo que haya terminado la pesadilla. En eso siento un CUAC a mis espaldas. Me doy vuelta, y ahí estaba el gran pato arrodillado al lado de mi cama mirándome fijo a los ojos. Vuelvo a despertarme. Esta vez veo que es de día. De mi cama podía ver hacia fuera a través de una puerta que daba al garaje. Se veía un lindo día. En eso veo entrar corriendo al pato por el garaje… UOOOOU!!! Me levanto y salgo corriendo a la cama donde estaban mis viejos gritando que viene el pato y que quería matarme. Me lanzo sobre la cama, pero mis viejos no estaban ahí. Cuando giro sobre la cama, el pato ya había saltado sobre mi, y estaba apunto de aterrizar sobre mi cuerpo, cuando vuelvo a despertarme. Ya no estaba sudado, era un nadador que acababa de salir de una pileta por lo mojado. No quise ni moverme. El miedo no se iba. La pesadilla podría no haber terminado aún. Por suerte lo había hecho.

1 comentario:

Daniel dijo...

jajaja, sueño bastante extraño, debo admitir.Aunque seguro habrá peores...